Friday, March 24, 2017

"Lo llevas en la sangre"

Yo bailo salsa. Me encanta. Tomó clases dos veces a la semana, salgo con los salseros a menudo, cuando coincidimos, y escucho salsa en casa porque me gusta. 

Anoche tomé una clase de salsa que era fuera de lo normal en una escuela de danza. Era un intercambio y como siempre, al hablar con una de los asistentes al evento, me comentan "a pues como eres latino tú lo llevas en la sangre, no?". Es decir, el hecho que sea latino automáticamente significa que puedo bailar salsa y otros bailes latinos. Incorrecto. 

Te cuento mi historia. A la edad de 13, por ahí, me di cuenta que las chicas les encanta chicos que pueden bailar. Yo no tenía ritmo, nada de nada, y era incapaz de seguir cualquier ritmo, aún con el merengue (que se supone que es el más fácil de los ritmos latinos). 

Mi mejor amigo, Jason, se empeñó para enseñarme cómo bailar porque Jason, aún a esa edad, ya era un crack con el tema. Empezó con tocar música y intentar encontrar el ritmo básico, algo que se me escapaba. Pasamos horas así, el tocando música y yo dando palmadas donde pensaba que caía el ritmo. 

Le pedí a una prima, Margarita, la esposa de mi primo Mario, que me enseñara como bailar también. Ella me enseñó merengue, bachata y un poco de salsa y mostró mucha paciencia, que en esa época pisaba, no bailaba. 

Pasaron años y tuve muchas y muchos profes; Blanca que me enseñó en los bailes del instituto, tambien hubo una chica brasileña de un campamento en Rochester. Conocí más a la vergüenza que la gloria y conté con la paciencia de mis parejas. 

Luego, a los veinte y pico, mi amigo Leo, uno de mis mejores amigos, empezó a tomar clases de salsa en línea. El me contaba, "vente a las clases, te gustarían, aprendes mucho y hay muchas pibas!". No le hice caso. Todos nuestros amigos en común fueron a las clases, todos se volvieron en cracks o al menos podían bailar bastante bien. Al ser cabezón, no les hice caso. Pasaron años. 

Un día, después de haber intentado de aprender de forma auto-didáctica por muchos años, decidí tomar clases. Al fin me entregué a la locura de los demás, es que lo de seguir a los demás lo llevo fatal. 

He tomado clases con Piel Canela, con Lorenz y sigo tomando clases aquí en Madrid, en la Tabacalera y en la Traba. Sigo mejorando, poquito a poco, gracias a los profes que ofrecen su conocimiento y las parejas que me toleran. Y sigo mejorando, pero sin tener esa base no podría entender el baile como lo entiendo ahora. 

Así que por ser latino o por escuchar la música en mi entorno no me han ayudado llegar a este punto. Y tampoco es porque lo "llevo en la sangre". 


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